Por Guy Faulconbridge y Kate Holton

27 abr (Reuters) – El primer ministro Boris Johnson vuelve a tomar las riendas del país el lunes con el mayor dilema de su mandato: cómo levantar el confinamiento del coronavirus, que ha paralizado grandes sectores de la economía británica, sin desencadenar una segunda oleada mortal del brote.

Johnson, de 55 años, está de vuelta en Downing Street casi un mes después de haber dado positivo en el test de COVID-19 que incapacitó al primer ministro poniendo en peligro su vida.

Su bandeja de entrada está llena a reventar. Su Gobierno, su partido y sus asesores científicos están divididos sobre cómo y cuándo debería al trabajo la quinta economía más grande del mundo, aunque sea de forma limitada.

«Estará otra vez en el asiento de piloto mientras hablamos, continuando con su trabajo», dijo Edward Argar, secretario de Estado de Sanidad. «Está deseando volver y está lleno de energía, como es de esperar».

Johnson tiene previsto presidir el lunes la reunión diaria del Gobierno sobre la respuesta de emergencia al COVID-19, dijo Argar, que añadió, con todo, que todavía era demasiado pronto para levantar el confinamiento.

El diputado de Johnson, el ministro de Relaciones Exteriores Dominic Raab, dijo que el distanciamiento social se mantendrá durante algún tiempo. También dijo que Johnson estaba «impaciente por entrar en acción».

Reino Unido se encuentra entre los estados europeos más afectados, con más de 20.732 muertes en hospitales hasta el sábado.

Además, el cierre más estricto en la historia en tiempos de paz ha dejado a la economía frente a la que posiblemente sea la recesión más profunda en tres siglos y con la mayor acumulación de deuda desde la Segunda Guerra Mundial.

Al principio del brote, Johnson se resistió a imponer un confinamiento drástico, pero luego cambió de rumbo cuando las proyecciones mostraron que un cuarto de millón de personas podrían morir en el Reino Unido.

Desde que se impuso el confinamiento el 23 de marzo, su Gobierno ha sufrido las críticas de los partidos de la oposición y de algunos médicos por la limitada capacidad de realización de pruebas del Reino Unido y la falta de equipos de protección para algunos trabajadores sanitarios.

(Información adicional Estelle Shirbon; escrito por Guy Faulconbridge; editado por Michael Holden y Toby Chopra; traducido por Aida Peláez en la redacción de Gdansk)

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