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Por Peter Nurse
Investing.com – El dólar estadounidense ha oscilado en ambas direcciones durante la mañana de la jornada de negociación de este viernes en Europa, ante los indicios de un aumento de interés por el riesgo en Europa mientras los inversores aguardan el final del brote del coronavirus.
A las 9:35 horas (CET), el , que sigue la evolución de esta moneda con respecto a una cesta de otras seis divisas principales, se sitúa en 100,17, con un alza del 0,1%, mientras que el par sube un 0,1% hasta el nivel de 1,0840 y el se deja un 0,1% hasta 1,2445. El par desciende un 0,2% hasta el nivel de 107,72.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha establecido nuevas directrices para la reapertura de la economía estadounidense, contradiciendo considerablemente las declaraciones de principios de la semana cuando dijo que impondría condiciones a los gobernadores estatales. Las directrices no contienen fechas claras para ninguna medida de reapertura.
La confianza en los activos de riesgo también se vio impulsada por el anuncio de Gilead Sciences (NASDAQ:) de que los ensayos clínicos de su medicamento antiviral remdesivir han ofrecido resultados prometedores en el tratamiento del virus COVID-19.
Dicho esto, el dólar permanece en un territorio elevado: después de todo, la demanda de refugio seguro debería persistir después de que las últimas cifras de solicitudes de subsidio por desempleo del jueves indicaran que más de 22 millones de estadounidenses habían solicitado las ayudas por desempleo en el último mes.
A las monedas de los mercados emergentes no les viene nada bien que el dólar estadounidense muestre una tremenda fortaleza; el FMI ha previsto que la economía mundial experimente su mayor contracción desde la Gran Depresión, presionando a los países que dependen de la financiación externa.
A las 9:35 horas (CET), el par se sitúa en el nivel de 6,9467, con un alza del 0,1%. La lira se acerca ahora a los mínimos históricos registrados en 2018.
La lira ha sufrido durante mucho tiempo un fuerte déficit por cuenta corriente y grandes cantidades de deuda privada denominada en moneda extranjera. Añadámosle a eso una economía que se enfrenta a un bloqueo para detener la propagación de Covid-19, y es fácil que se observen más pérdidas.
La autoridad reguladora de la banca turca anunció el domingo que limitará la capacidad de los bancos locales para llevar a cabo transacciones de divisas con entidades extranjeras, para tratar de frenar el suministro y la posible caída de la lira.
Pero estas restricciones de capital podrían, en última instancia, lastrar la voluntad de los prestamistas de satisfacer las enormes necesidades de financiación del país, lo que perjudicaría a la lira a largo plazo.
Dicho esto, la lira ni siquiera está cerca de ser la moneda de un mercado emergente que peor actuación ha ofrecido este año —el rand sudafricano y el real brasileño tienen ese “honor”. El dólar ha subido un 34% frente al rand y un 30% frente al real desde el 1 de enero.
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